Los collarines de toma son piezas que sirven fundamentalmente para aprisionar una tubería a la que se le ha realizado un orificio para sacar un caudal por una conducción de menor calibre que la original. Esto se consigue gracias a la combinación de dos piezas: una macho y una hembra, que se atornillan entre sí de tal manera que ofrecen un agarre y sujeción perfecta. Para sellar este trabajo y lograr la estanqueidad en la unión de la tubería-collarín se recurre al uso de una junta de goma.

La necesidad de escoger entre un tipo de collarín de toma u otro va a depender de varios factores, entre ellos, el tipo de tubería sobre la que se vaya a colocar la pieza. De esta forma, existe un modelo especial para tuberías de PVC o de Polietileno así como otro para tuberías de fundición y de fibrocemento. El porqué de que existan collarines de toma para tuberías de distinto material tiene que ver con que los diámetros exteriores de cada una son distintos y por tanto lo tendrá que ser la pieza también.

Otro de los factores que influyen decisivamente en la elección del collarín de toma es el propio ancho del collarín. Por ejemplo, para tuberías de materiales semi-rígidos, como el PVC o el Polietileno existen dos modelos de collarines de toma que se distinguen por la anchura de su banda de apriete.

El de banda ancha está especialmente indicado para las conducciones de agua potable y también para aquellas en las que la tubería es sometida a fuertes presiones y depresiones que tienden a deformarla ya que proporcionan estanqueidad en una zona más amplia del tubo. El de banda estrecha suele estar indicado para instalaciones de riego y también en aquellas en las que las conducciones no provocan deformaciones.

Un último criterio que ha de tenerse en cuenta es el del tipo de pernos con el que irá equipado el collarín y que resulta muy determinante.